Los densos y bastos bosques caducifolios de la Cuenca del Rio Amur, en el oriente de Rusia junto a la frontera China, constituyen uno de las últimos refugios casi vírgenes para la fauna salvaje de Asia, a pesar de los muchas amenazas que aún hoy día les acechan, como la tala indiscriminada, el furtivismo o las prospecciones mineras.

Por suerte, este ha sido el último reducto para los grandes felinos que habitaron las mesetas asiáticas desde Turquia hasta Siberia.

Con el tiempo, los tigres y leopardos que habitaron las orillas del Mar Caspio, Medio Oriente e Irán fueron cazados y diezmados hasta la extinción y tan solo quedaron unos pocos individuos de estas poblaciones acantonados aquí en el oriente ruso.

En Siberia, sobrevivieron los últimos tigres siberianos o amur y una aun más menguada población de leopardo amur.

Por suerte, a pesar de estar casi al borde de la extinción, una decidida apuesta proteccionista del Gobierno ruso, en la que incluso se involucró el propio presidente del país, ha posibilitado que el tigre siberiano comience a recuperarse con una población que se estima en torno a los 500 ejemplares.

También da signos de recuperación la población de leopardos, estos últimos sobreviviedo en un limitado y conflictivo sector entre Rusia, China y Coreal del Norte.

La principal amenaza sigue siendo el furtivismo que alimenta los mercados de tráfico de animales de China, pero por suerte las políticas de concienciación y un mayor esfuerzo en la vigilancia están ayudando a controlar el problema.

En algunos sectores el gobierno ruso está concediendo licencias a empresas locales para realizar trekkings y observaciones de tigres en libertad.

Estas empresas colaboran con los guardas locales en el control del furtivismo y son las encargadas de monitorizar la población de tigres de los sectores autorizados mediante fototrampeo.

Durante el mes de Octubre del 2020 nos desplazaremos a una de estas reservas, cercanas a la ciudad de Vladivostock.

Durante 10 días, y con ayuda del personal oficial de la Reserva y acompañando a guardabosques profesionales, nos zambulliremos en el mundo de tigre amur y del fantástico ecosistema que lo ha preservado hasta nuestros días.

Nos alojaremos en un campamento de cabañas de madera con todas las comodidades, y desde allí, rastrearemos sobre el barro los pasos de los tigres que acostumbran a realizar recorridos periódicos por su amplio territorio y revisaremos las estaciones de fototrampeo para adelantarnos a sus movimientos.

Los clientes tendrán la posibilidad de traer sus propias cámaras de trampeo para obtener sus propias imágenes, si bien las autoridades pueden requerir copia de las imágenes si fueran de interés para la conservación.

Gracias a esta información, podremos realizar aguardos en determinados observatorios para con suerte tratar de observar directamente algún tigre, si bien es siempre una cuestión de azar.

No debemos olvidarnos de la presencia de osos pardos, negros, linces boreales o lobos en el territorio, que nos depararán igualmente posibilidades de éxito en nuestras esperas.

Con todo, el objetivo del viaje no es la observación directa del animal, sino llevar a cabo una búsqueda intensiva de rastros e indicios, hacer seguimiento con las cámaras de trampeo, disfrutar de la fauna y flora de este lugar y aprender algo más sobre la biología de estos extraordinarios animales.

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Lo mejor de este viaje

Sumergirte en el hábitat pristino el mayor felino del mundo.

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Tamaño del grupo

Mínimo 3 personas, máximo 6

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¿Qué está incluido en el precio?

Traslados desde Vladivostock a las reservas de Lazo y Petrova y retorno.
Permiso para fotografía y video en las reservas.
Permiso para colocación de cámaras trampa.
Entrada al museo incluida.
Alojamiento
Sauna
Cocinero
Guías locales
Guía nacional.

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¿Qué no está incluido en el precio?

Vuelo internacional
Propinas
Cualquier otra cosa no contemplada en inclusiones
Visado ruso